19.9.2019. Tras sufrir una derrota inapelable en las PASO del 11 de agosto, intendentes de varios distritos de la provincia de Buenos Aires evidenciaron como nunca el mal estado de sus cuentas. La crisis económica los obligó a tomar decisiones que, en caso de salir airosos en dicha elección, no las hubieran tomado.
Este parece ser el caso del gobierno municipal de Berisso, conducido por el radical Jorge Nedela (Juntos por el Cambio), quien va por su reelección el 27 de octubre.
Desde hace bastante tiempo, los números no le cierran a la administración Nedela, que en varias ocasiones tuvo que salir a pedir auxilio al Gobierno de María Eugenia Vidal para poder hacer frente a sus obligaciones.
Conflictos recurrentes con los empleados municipales que significaron prolongadas medidas de fuerza y demoras en los pagos a proveedores terminaron por desgastar la gestión municipal.
En las PASO del 11 de agosto, Nedela obtuvo un pésimo resultado: no sólo perdió sino que quedó en el tercer lugar, detrás de uno de los candidatos que a su vez fue a una interna de verdad. Para alguien que pretende ser reelecto, es una muy pobre participación.
Como se sabe, el candidato opositor Fabián Cagliardi (Frente de Todos) obtuvo ese día más de 20 mil votos; seguido por su rival interno Juan Mincarelli con un poco más de 19 mil. Entre ambos sumaron un 65 por ciento.
Nedela, en tanto, fue respaldado con 14 mil votos, que en el global significó un 24 por ciento de adhesión.
La crisis económica que estalló un día después –devaluación, brusco aumento del precio del dólar e inflación- dejó al oficialismo con poco margen de maniobra. Las medidas anunciadas tiempo después no lograron conformar a gran parte de la sociedad, que vio en el Gobierno nacional a cargo de Mauricio Macri un intento por seguir una receta que nunca le convenció.
Y el gobieno municipal de Berisso no está ajeno a esos vaivenes económicos y al descontento general, que se vio agravado en las últimas semanas con sus empleados, siendo el no pago de las horas extras y el prolongado paro de la recolección de residuos una evidencia de la crisis económica.
En ese marco, quien tuvo que hacer malabares para contentar a todos fue el secretario de Economía municipal, Daniel García, ex concejal de la Unión Cívica Radical en Florencio Varela y ex funcionario en Vicente López.
García, en un clima de permanente conflicto con empleados y proveedores sumado a que no tiene receptividad en Nación y Provincia, tomó una decisión simple: al final de un día agitado de trabajo, saludó a sus colaboradores como si nada hubiera pasado con un simple “Chau, hasta mañana”. Y no volvió más. La excusa –no formalizada- es que pidió licencia.
Mientras tanto, en su reemplazo, una esforzada empleada del sector intenta contener el vendaval de demandas. Su consejero principal es el secretario de Obras Públicas, Raúl Murgia.