12.6.2020. Cuando las columnas de la Tendencia Revolucionaria (Montoneros) se retiraron de la Plaza de Mayo el 1 de mayo de 1974, luego de ser vituperadas por el General Perón, algunos observadores y sectores políticos y económicos, consideraron que el viejo caudillo modificaba su posición histórica de enfrentamiento a los sectores del privilegio nacional e internacional, inclinándose por la variante regional triunfante recientemente en Chile, Uruguay, Bolivia y a la tradicional de Brasil.
Esa variante, que consistía en regímenes fuertes, con políticas sociales y económicas supervisadas por las transnacionales, con represión y proscripción a los partidos populares y subordinadas a la estrategia del Pentágono (Doctrina de la Seguridad Nacional).
Consideraban que la extinción del proyecto del "socialismo nacional" abría el camino hacia la "economía de mercado" y otras formas de liberalismo económico. Vaticinaban y trabajaban para sabotear el Pacto Social -expresión de concertación- suscripto por la CGT y la CGE. Utilizaban el desencuentro de Perón y el ala izquierda de su movimiento para avanzar y alentar su fracaso. El asesinato de José Ignacio Rucci fue otro factor que debilitaba la defensa del Pacto.
A partir de ese momento, los grandes monopolios como Bunge y Born limitados por el control de precios, comenzaron a provocar la ausencia de algunos productos esenciales, generando un clima de malestar en la población, sumando a algunos círculos comerciales e industriales a la crítica al Programa de Reconstrucción Nacional diseñado por Perón.
El General, observador de la situación declara que "existen pequeños sectores de intereses perturbadores interesados en destruir el equilibrio socio-económico".
Esta advertencia no detiene el clima hostil fabricado por la oposición económica, y Perón reacciona de la única manera que sabe hacer: convoca para el 12 de junio al pueblo a concurrir a Plaza de Mayo.
Va a dar -quizás sabiéndolo o no- el último combate frente a sus enemigos tradicionales. Frente a la multitud critica a los empresarios y especuladores que provocan desabastecimiento y a los que no cumplen el Pacto Social.
Confirmó su equilibrio ideológico cuando afirmó que "su revolución en paz se haría sin influenciarnos por los que tiran de la Derecha ni por los que tiran de la Izquierda" y recalcó quizás la más importante: "que no ha venido a consolidar la dependencia".
Se despidió intuyendo que era su último contacto con sus descamisados iniciado en 1945: "Llevo en mis oídos la más maravillosa música que para mí, es la palabra del pueblo argentino".
Sin usted, General, la Plaza de Mayo nunca va a ser igual...
(*) Ex concejal de la ciudad de La Plata