1.7.2020. No fue un detalle menor: el 12 de Octubre de 1973 al asumir su tercera presidencia, el Gral Perón vistió uniforme militar correspondiente a su rango. Expresaba de esa forma su complacencia de volver a un estado militar que abrazó desde su adolescencia. A partir de ese momento, por protocolo presidencial, dos oficiales se pusieron a su disposición: el coronel Carlos A. Corral como Jefe de la Casa Militar y el Teniente Coronel Alfredo Diaz, como edecán militar.
La relación comenzó siendo muy formal, dado que Perón permanece en su residencia de Gaspar Campos hasta fines de 1973. Lo acompañaban en ciertas horas del día, además de escoltarlo en ceremonias oficiales o cuando el Presidente se trasladaba a su despacho en la Casa Rosada.
El Presidente recién ocupa la quinta de Olivos el 2 de Enero de 1974 y a partir de ese momento incorpora a su alrededor varios oficiales con jerarquía no superior a Coronel. Aparte de Corral y Alfredo Díaz rodean a Perón el Coronel Vicente Damasco, Secretario Militar de la Presidencia y los coroneles Jorge Sosa Molina, Jefe del Regimiento de Granaderos -escolta oficial del Presidente-, Enrique Michelini, Ricardo Ramírez y César Díaz, Jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. También ingresan a esa cotidianidad los Tenientes Jorge Mones Ruiz e Ignacio Berra Alemán, por conducir los escuadrones de Granaderos que permanecían en forma rotativa en la quinta de Olivos, a cargo de la seguridad del predio.
Este grupo de oficiales comienzan a tener un trato continuo con Perón a través de caminatas diarias por la quinta, o reuniones informales que a veces se realizaban debajo de los árboles del jardín, como en las tertulias del chalet principal -bitter cinzano mediante- o reuniones más formales donde se analizaba los informes de inteligencia y seguridad suministrado por la SIDE a cargo del General (R.E.) Alberto J. Morello, suegro del Coronel Corral.
Este virtual estado mayor de Perón se fue consolidando durante las semanas posteriores, fueron largas conversaciones, a veces individualmente de Perón con cada uno de ellos o colectivas, a veces participaba, más como oyente el padre Héctor Ponzo, capellán del regimiento y confesor de Perón.
Relata el Coronel Diaz: "Siéntese, vamos a conversar", decía Perón y la charla giraba sobre temas de política nacional, internacional, economía, estrategia, ecologìa y organismos internacionales.
Jorge Mones Ruiz, que compartía tertulias y caminatas con Perón, las define así: "Disfruté con Perón charlas caminando por la quinta de Olivos, tocando temas variados, donde yo le expresaba mi opinión y él expresaba la suya, volcando su experiencia de gobierno y del exilio durante tantos años. Aprendí mucho…".
Al Coronel Damasco le fue encomendado por Perón la redacción del Modelo Argentino para el Proyecto Nacional, documento valioso porque reflejó el pensamiento póstumo del General.
Fueron solamente cinco meses que Perón intenta amalgamar este grupo de oficiales del ejército de origen peronista y nacionalista. Seguramente volcó su capacidad organizativa similar a la que tuvo a principios de la década del ‘40, cuando construyó el GOU junto a otros oficiales, con la sencilla misión de transformar nuestra Patria.
Esta vez el tiempo se lo impidió...
Todo este grupo de oficiales, después del 24 de Marzo de 1976, recibió sanciones, arrestos, destinos irrelevantes que troncharon sus carreras.
(*) Ex concejal de La Plata. Militante peronista.