27.12.2023. En una denuncia penal sin precedentes en el fuero penal de La Plata en la que por primera vez se intenta dar luz sobre las terribles secuencias físicas y psicológicas que padecen los niños en el ámbito escolar y los contextos en los que se desoyen, se minimizan o se omiten esos flagelos por parte de padres y autoridades escolares, muchas veces derivando en consecuencias mucho más graves, incluso autodestructivas para la propia víctima, una nena de 9 años, a través de su familia, realizó una presentación contra el menor agresor -a pesar de su inimputabilidad por la edad-, sus progenitores y los directivos de la escuela.
La denuncia fue radicada por la familia de una nena de 9 años ante el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de nuestra ciudad por los delitos de “bullying y lesiones psíquicas”. Los denunciados son un menor de 10 años, sus padres como partícipes primarios y los docentes por “abandono de persona”.
En la presentación, formulada ante la Unidad Funcional de Instrucción 4 del Fuero Juvenil de La Plata, por el letrado Darío Saldaño, se pidió que, “a pesar que el menor autor no se puede imputar, la víctima tiene derecho a la verdad y la tutela estatal”.
El caso podría ser replicado por muchos otros, similares por sus causas, efectos y contextos de la vida escolar en los que las autoridades suelen demorar el debido abordaje, minimizando los padecimientos -aduciendo que “son cosas de chicos”- y los padres de los agresores evitan intervenciones, tratamientos o terapias que podrían atemperar los daños ocasionados.
Por tratarse de menores de edad la identidad de los chicos y sus padres no se dará a conocer. Según el escrito presentado en sede judicial por el abogado Saldaño, los hechos de bullying se produjeron en más de una ocasión cuando los nenes se encontraban en clase en la Escuela 108 de la localidad de Ignacio Correas.
En el documento judicial al que tuvo acceso el diario platense Capital 24, se detalla que el chico agredió verbal y físicamente a la nena de 9 años. También se señala que el menor “aisló” a la nena del resto de los compañeros de aula “impidiendo su integración al grupo social”.
Esta situación generó en la nena “indicadores de ansiedad, angustia y baja autoestima”, dictaminó la psicóloga Valentina Kosak que fue propuesta como testigo por el abogado Saldaño, en representación de los padres de la nena.
El caso escaló en tal medida, que la menor dejó de asistir a clases y desea que la cambien de escuela porque “no aguanta más” la situación denunciada.
El “derecho a la verdad” es lo que se postula en la demanda. Allí se explica que, a pesar de la inimputabilidad del chico denunciado, la víctima “tiene el derecho al esclarecimiento de la verdad de lo sucedido”: “Los derechos de la nena se han visto vulnerados por el Estado al colocarla en una situación de desprotección y desamparo por falta de prevención y medidas especiales de la institución educativa ante el hostigamiento en el marco escolar”, argumentó el abogado Saldaño.
“Nuestra hija tiene derecho a la verdad, ya que por encontrarse en una situación de vulnerabilidad en razón de su edad y género (…) ha visto menoscabado el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad”, expresaron los padres de la nena.
Saldaño sostuvo que los padres del menor serían “partícipes primarios” del delito de “lesiones psíquicas leves” ya que “incurrieron en una omisión en cuanto a ponerle un freno a la violencia y el bullying”.
“La ineficacia de los adultos responsables acentúa el daño”
La causa es instruida por la fiscal Ana Rubio, del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. La investigación ya estableció que en la escuela se redactaron al menos tres actas con las situaciones que padeció la menor, sin embargo, las agresiones continuaron.
De allí que la familia denunciante considera que los docentes y autoridades educativas incurrieron en el presunto delito de “abandono de persona”. En agosto de 2023 “los docentes minimizaban el hostigamiento sufrido por la niña en razón de los estereotipos de género tales como que si un niño maltrata o molesta a una niña es ‘porque le gusta’, así como también en todas las actas acompañadas que dan cuenta del conocimiento que tenía la institución y su omisión en adoptar las medidas adecuadas, colocándola así en una situación de desamparo poniendo en peligro su salud física y psicológica”.
“Sos un monstruo, un asco, una vaga, una basura…”
“El acoso, el bullying y la violencia escolar sufridos por la menor a manos de su compañero le ha ocasionado una lesión de índole psíquica encuadrable en el art. 89 del Código Penal. Sus padres entablan esta denuncia para evitar que el bullying continúe y la mencionada lesión se agrave”, señala la denuncia.
En ese sentido, el informe psicológico de la doctora Valentina Kosak es contundente: “A raíz de comentarios tales como “sos un monstruo, sos un asco, sos una vaga, tonta, fea, estúpida, puta, basura” entre otros; y constante amenaza de infringirle violencia física, la cual ya ha sido efectuada en más de una ocasión, y al aislarla del resto de sus compañeros impidiendo su integración al grupo social, la menor ha presentado indicadores de ansiedad, angustia y baja autoestima -evidenciada por la presencia de imágenes amenazantes y hostiles- junto con mecanismos de aislamiento, inhibición y vuelta contra la propia persona en su autopercepción”.
Kosak acreditó la “presencia del trauma” en la niña. El abogado Saldaño manifestó que, de no repararse el daño sufrido, entre otras medidas a través del esclarecimiento de la verdad, mediante una sentencia judicial, cesar el bullying y la violencia escolar en general y someterse a la menor a un tratamiento psicológico adecuado, la lesión podría llegar a profundizarse, convirtiéndose “estos trastornos en crónicos y permanentes, pasibles de ser como mucho, mitigados sus síntomas, pero muy improbablemente curables, adquiriendo la lesión el grado de gravísima, con posibles conductas autodestructivas”.
La denuncia imputa a los padres del menor como partícipes primarios porque “pudieron tomar variadas medidas como hablar con su hijo, explicarle por qué lo que estaba haciendo estaba mal, ponerlo en penitencia, hacer que se disculpe con la nena, y prometer que no volvería a insultarla ni agredirla, llevarlo a un profesional de la salud para que reciba adecuado tratamiento y acompañamiento y ponerse a disposición del colegio y de los padres de la niña para afrontar estos sucesos, solicitar una mediación, entre tantas otras”. Nada de eso hicieron, se indicó.
En tanto, “los docentes colocaron a la nena en una situación de desamparo -consignó la demanda-, haciendo peligrar por omisión, su salud psicofísica, siendo ellos quienes debían cuidarla por estar ella bajo su cuidado” porque “minimizaron el hostigamiento en razón de estereotipos de género tales como si un niño maltrata o molesta a una niña es “porque le gusta” -consignó el documento judicial-, en todas las actas dan cuenta del conocimiento que tenía la institución y la omisión de adoptar medidas adecuadas. Mientras se encuentra en situación escolar, la menor “está bajo la guarda de los docentes, quien son legalmente responsables y garantes de su protección y cuidado; la escuela demoró más de un año en citar a los padres”.