Vidal vive en la base militar y no usa la residencia oficial; su vice Salvador tampoco: ¿Y el gasto?
Casa del vice, en Avda 51 esq. 10.

Vidal vive en la base militar y no usa la residencia oficial; su vice Salvador tampoco: ¿Y el gasto?

18.2.2019. Si hay algo de lo que se ufana el Gobierno bonaerense de Cambiemos es del famoso “cuidado del gasto público”, es decir, de no malgastar lo que en la práctica es el dinero de los contribuyentes. Y la gobernadora María Eugenia Vidal no desaprovecha la oportunidad cuando está ante los medios de comunicación para insistir con esa idea.

Uno de los aspectos con los que presionó la alianza gobernante en los últimos años tuvo que ver con el gasto de la política, cuestión que lo llevó a la práctica con el achique de organigramas ministeriales. Y la Legislatura se hizo eco de esa iniciativa, dado que tuvo que ajustar su presupuesto acorde a la exigencia del Ejecutivo.

Decidida a “combatir a las mafias” apenas asumió la Gobernación, Vidal optó por no habitar la residencia oficial que se encuentra en el Palacio comprendido por las calle 5 y 6 y las Avenidas 51 y 53. En cambio, prefirió mudarse a una base militar ubicada en su distrito, Morón.

A la vieja usanza, en La Plata -capital provincial- hay residencias oficiales para determinados jefes de área: como se señaló, gobernador y vice; el ministro de Gobierno (que ahora pasó a estar en manos de la Jefatura de Gabinete); el director general de Cultura y Educación; presidencia de la Cámara de Senadores y de Diputados.

Salvo la lujosa casa de Diputados que se utiliza para reuniones partidarias y del bloque Cambiemos que está a cargo de Manuel Mosca (una vez se la “prestó” a Sergio Massa para un encuentro con sus legisladores del Frente Renovador), las demás están en desuso pero con los gastos de mantenimiento asegurados.

En 2017, Vidal le pidió a la Legislatura que achique 2.500 millones de pesos en lo relativo a sus gastos 2018. En 2018 hizo lo mismo respecto a este 2019 pero la cifra es un poco menor: 2.000 millones de pesos. Esos achiques en la práctica son: rescisión de contratos (despidos encubiertos), suspensión de servicios y baja de la compra de insumos para trabajar.

Como presidente de la Cámara de Senadores, el vice Daniel Salvador tiene su no menos lujosa residencia en Avenida 51 y 10 (foto), la que tampoco habita. Religiosamente, el personal de servicio y mantenimiento asiste al lugar para finalmente dejar, como siempre, todo impecable.

Todo es achique, menos los gastos de quienes tienen la “lapicera”.

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