Murió Hebe de Bonafini, la emblemática dirigente de Madres de Plaza de Mayo
Hebe de Bonafini.

Murió Hebe de Bonafini, la emblemática dirigente de Madres de Plaza de Mayo

20.11.2022. En la ciudad de La Plata, donde vivió gran parte de su vida junto a su familia, murió en la mañana de este domingo Hebe de Bonafini, sin dudas la dirigente de derechos humanos más reconocida de nuestro país y referente principal de Madres de Plaza de Mayo, entidad que en los oscuros años de la dictadura militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 dio a conocer al mundo las violaciones a los derechos humanos en donde las desapariciones de personas eran una de las prácticas más aberrantes en el marco de la represión instalada luego del golpe de Estado.

Hebe María Pastor era su nombre completo, pero siempre fue más conocida con el apellido de su esposo ya fallecido, Bonafini, con quien tuvo tres hijos, dos varones y una mujer. Los dos hijos varones –Raúl Alfredo y Jorge Omar-  y siguen desaparecidos desde la época de la dictadura militar.

Hebe de Bonafini era la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo y falleció a los 93 años. Había nacido el 4 de diciembre de 1928 en Ensenada, una ciudad vecina a La Plata, en la provincia de Buenos Aires.

La dirigente defensora de derechos humanos estaba internada en el Hospital Italiano de La Plata desde hace unos días. El jueves 10 de este mes, participó y encabezó la tradicional ronda de Plaza de Mayo que cada semana realiza la entidad para reclamar por la aparición con vida de miles de desaparecidos y reclamar por cuestiones coyunturales de la política actual.

La encargada de dar la información de su fallecimiento fue si hija menor, Alejandra Bonafini. En el comunicado que dio a conocer agradeció los cuidados recibidos, especialmente por parte de los profesionales del Hospital Italiano donde Hebe de Bonafini se atendía y donde había estado internada varias veces, y pidió respeto a la necesidad de la familia de llorarla en la intimidad. A la vez, avisó que este lunes comunicará cuáles serán los espacios en donde tendrán lugar los homenajes y despedidas.

Visceral como pocas y una lengua muy filosa, Hebe de Bonafini se caracterizó por su manera frontal para expresar sus ideas y pensamientos, a tal punto de no ahorrar insultos para dirigirse a determinadas personas del ámbito político, judicial y sindical.

Desde el inicio del Gobierno de Néstor Kirchner y posteriormente durante los dos mandatos de Cristina Fernández de Kirchner, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo se convirtió en una referente política afín al kirchnerismo.

Hace apenas una semana, la fallecida dirigente había participado de la inauguración de una muestra de fotos que se hizo en su honor en el Centro Cultural Kirchner (CCK). La exposición se llama “Hebe de Bonafini, una madre rev/belada” y se nutre de imágenes que recorren su vida “desde su infancia y juventud hasta su militancia”.

“Somos una organización política, ahora con un proyecto nacional y popular de liberación”. Una declaración que la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo desde 1979 defendía desde sus discursos, desde su proselitismo, desde sus manifestaciones públicas. Una postura radicalizada que contribuyó a escindir la organización en dos y a la creación de otro: Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, de posiciones más moderadas.

El 30 de abril de 1977 fue sábado y la primera vez que madres de hijos desaparecidos se juntaron en la Plaza de Mayo. Eran pocas, eran casi invisibles. Fueron a la búsqueda puerta a puerta de otras compañeras. “Nos empezamos a juntar cada vez más en la plaza. Al principio no caminábamos, estábamos reunidas, hasta que un día vino la policía, nos pegó, nos dijeron ‘caminen’, nos agarramos del brazo y empezamos a caminar de a dos”, recordó Hebe la vez que un grupo de mujeres comenzó a rodear la Pirámide de Mayo en silencio, en clave de protesta.

El pañuelo blanco que identifica a las Madres era un pañal de tela. Y era color blanco porque el blanco se ve. Nació en una peregrinación a Luján. Las madres se juntaban, además de bares, en parroquias, iglesias, conventos. Ahí comprendieron que a la misa iban a asistir millones de jóvenes de las mismas edades de sus hijos. “Teníamos que ir en representación de ellos. Pero, ¿cómo nos íbamos a encontrar si con algunas solo nos conocíamos por el nombre? Acordamos llevar algo en la cabeza, un moño, no sé, algo. El negro no se ve, el rojo no se ve. Bueno, que sea blanco que es lo que se ve hasta de noche”, rememoró Hebe. Asumieron que todas tenían un pañal, un pañuelo, una tela blanca en su casa. Así se fueron reconociendo. Así se concibió el símbolo del pañuelo blanco. Fue el domingo 9 de agosto de 1977.

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