A poner el dedito: aumenta el control de asistencia de los empleados públicos bonaerenses

A poner el dedito: aumenta el control de asistencia de los empleados públicos bonaerenses

30.5.2018. Quienes controlan quieren tener todo bajo control: horarios de ingreso, llegadas tarde, permanencia en el lugar, horarios de salida, inasistencias y licencias. En fin, todos los datos posibles del personal que presta servicios en la dependencia correspondiente.

Y no es para menos: con esos datos, los responsables de las áreas de liquidaciones de sueldos elaborarán los recibos correspondientes con los datos que de ahora en más les aportan los aparatos conocidos como “control biométrico” o “control de acceso”.

Estos controles comenzaron con la gestión de la gobernadora María Eugenia Vidal, quien luego de asumir en diciembre de 2015 puso el foco en el alto ausentismo de los trabajadores estatales durante amplias franjas horarias correspondientes a sus respectivas jornadas laborales. En definitiva: el descontrol había ganado una batalla y había que combatirlo.

Si bien, en un principio, la iniciativa oficial generó malestar y quejas de los empleados, con el tiempo fueron adaptándose a lo que siempre debería haber sido normal: cumplir con los horarios de trabajo.

En los ministerios de Economía, Infraestructura, la agencia de recaudación Arba, la obra social IOMA, Cámara de Diputados y Senadores los controles biométricos que registran los horarios de entrada y salida ya forman parte de la rutina diaria de los empleados.

La idea de la administración Vidal es trabajar de manera constante en el control del “presentismo” (por el que se paga un plus mensual) en las distintas oficinas públicas que dependen del Gobierno bonaerense.

Cabe señalar que el aparato de control en cuestión registra la huella digital de los empleados. En algunos casos, se utilizan tarjetas.

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